Desde su creación, en 2016, hasta 2020, el Servicio Nacional Textil (Senatex) acumula cifras rojas, según balances oficiales. El año pasado la estatal reportó pérdidas por 14,7 millones de bolivianos y desde su gerencia se anuncia una reestructuración de las operaciones.
Los estados financieros expuestos en la Rendición Pública de Cuentas Final del Servicio hace algunos días, reflejan que desde que nació en mayo de 2016 en lugar de la Empresa Pública Nacional Textil ( Enatex), en la textilera no hubo gestión que reporte ganancias, ya que en ese año tuvo pérdidas de -13,4 millones de bolivianos.
En 2017 reportó -25 millones de bolivianos; en 2018 su resultado negativo continuó con -21,8 millones; en 2019 obtuvo -5,6 millones de bolivianos y en 2020 cerró con -14,7 millones de bolivianos (ver gráfica).
A pesar de estas cifras rojas, en la audiencia el director de Senatex, Gonzalo Uscamayta, culpó de las cifras 2020 al gobierno de transición de Jeanine Añez.
“Podemos ver que anteriormente Senatex ha registrado crecimiento de manera lenta, pero hubo un crecimiento leve, a partir de 2019 y en 2020 hubo un decrecimiento de 14,7 millones de bolivianos como pérdida”, afirmó Uscamayta en el informe.
Incluso concluyó que en la administración del gobierno anterior se calcula un daño económico al Estado por: cálculos “inadecuados” de costos de producción, sobreprecios, falta de control en procesos productivos y contrataciones de personal técnico inadecuado, que son investigados. No mencionó cifras.
Uscamayta anunció que con el fin de re-encaminar a la estatal se impulsa una reestructuración que contempla reducción de costos de producción, ser competitivos y posicionar los productos en el eje troncal del país.
“Ya no queremos tener telas de Brasil, Perú o de China. Los bolivianos tenemos toda la posibilidad de encarar y satisfacer esta demanda. ¿Cómo lo vamos a hacer?, con calidad y precio. Muy pronto van a tener noticias de Senatex, estamos en etapa de reestructuración. El presidente (Luis) Arce indicó que habrá un crédito a toda la sustitución de la importación. Senatex trabaja en ese sentido”, anunció.
En mayo de 2016, mediante el Decreto Supremo 2765, el Gobierno anunció el cierre de Enatex y la modificación de naturaleza jurídica para que se transforme en Senatex. Enatex nació en 2012 en lugar de América Textil (Ametex).
El experto Jaime Aliaga recordó que Ametex se hundió el día en el que se dio fin a la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (Atpdea). Debido a sus problemas financieros fue embargada y Enatex comenzó operaciones como empresa estratégica.
“A la fecha Senatex tiene una deuda de 353 millones de bolivianos con entidades financieras del Estado. En conclusión, la textilera viene hundida desde que se inició. Es mejor cerrarla porque va a seguir produciendo pérdidas, disminuirá su patrimonio y seguirá siendo un botín político y corrupto”, opinó Aliaga.
El analista Jimmy Osorio indicó que pese a las cifras negativas y a la pandemia de la Covid-19, la estatal no está en una crisis financiera “insalvable”.
Sin embargo, dijo que es necesario revisar la razón de su existencia. “En la Rendición de Cuentas se menciona la pérdida de 2020, pero éstas fueron superiores en gestiones pasadas. Tampoco hacen referencia a los factores externos que incidieron en que la empresa Enatex tuvo que cerrar operaciones, dando lugar a la creación de una entidad descentralizada del Estado”, señaló Osorio.
En su criterio, las entidades como Senatex o Quipus son ejemplos de cómo no se debe hacer emprendimientos estatales
“Pero al Estado parece no afectarle las pérdidas y subvenciones que tiene que hacer en estos sectores y prioriza demandas basadas en réditos políticos, perdiendo el rumbo del desarrollo nacional” observó.
Actualmente, Senatex cuenta con 122 trabajadores que operan en las plantas de hilandería, de telas, planta de acabado e ingeniería de producto, servicios técnicos, área comercial, tiendas y administración.
Bs 353,1 millones es la deuda de la firma
La deuda que tiene el Servicio Nacional Textil (Senatex) alcanza un total de 353 millones de bolivianos. De los cuales 163,5 millones corresponden al fideicomiso que tienen con el Banco Unión, 161,2 millones al Finpro y 28,3 millones al Banco de Desarrollo Productivo (BDP).
Los préstamos tienen como fecha de vencimiento julio de 2027 y marzo de 2035, dependiendo de la fecha de contrato, según el reporte de Rendición de Cuentas 2020. Según el analista Jimmy Osorio, la deuda que arrastra la firma es muy grande, lo que no le está permitiendo que pueda generar utilidades.
La estatal produce y distribuye textiles y prendas de vestir en tejido de punto. Su producción de hilos registró un crecimiento de 376.202 kilos a 495 mil entre 2019 y 2020. Mientras que la producción de telas disminuyó de 257.210 a 240.400 kilos.