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Friday, January 27, 2017

Palmito de InBol, a la conquista de mercados más competitivos



El desarrollo de nuevos productos y la obtención de certificaciones son parte del plan de Insumos Bolivia (InBol) para dar sostenibilidad a las dos plantas estatales del sector y exportar desde 2018 el palmito boliviano a mercados más competitivos.

La institución descentralizada del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural está encargada de administrar las dos factorías estatales de palmito que desde 2010 y 2012, respectivamente, procesan la oferta del sector palmitero en los municipios de Shinahota e Ivirgarzama, en el trópico cochabambino.

Desde el inicio de sus operaciones hasta 2014, ambas plantas mantuvieron una tendencia creciente en la cantidad de tallos que industrializaban, situación que cambió en 2015 cuando el número de brotes procesados de la primera disminuyó en 33% y el de la de la segunda, en 24%.

El año pasado, el procesamiento en la fábrica de Shinahota aumentó en 10%, en tanto que en Ivirgarzama cayó en 69%.

“En un mercado internacional restringido” por la menor demanda del alimento y en el que hay una mayor oferta del producto y precios bajos, Insumos Bolivia “ha tomado en cuenta estrategias productivas y comerciales que nos han permitido sostener financieramente las plantas”, informó a La Razón el director general ejecutivo de InBol, Joseph Tapia.

Por ejemplo, detalló el ejecutivo, se inició “la investigación y el desarrollo de nuevos productos que puedan ser competitivos en el ámbito mundial” y que estarán listos “aproximadamente en junio”. “Con este trabajo queremos ampliar el procesamiento de palmito y permitir que Bolivia pueda incorporarse a mercados especializados y altamente exigentes”, sostuvo Tapia, quien asumió la dirección de InBol en octubre de 2016.

Mejoras con apoyo del Ministerio de Desarrollo Productivo efectuadas en las dos plantas desde 2015 en temas de inocuidad, calidad, infraestructura y capacitación de técnicos, administrativos y operarios preceden al plan. Así, ambas ya cuenta con los registros sanitarios emitidos por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria y del Ministerio de Salud.

“Entre octubre y noviembre de 2016 aprobamos también auditorías internas y nacionales, y pasamos exitosamente otra de TÜV. La compañía alemana nos informó que cumplimos con todos los requisitos y protocolos internacionales (de protección medioambiental)”. Los resultados “se conocerán en los próximos días. Será oficial”, destacó el directivo.

“Las certificaciones van casadas con los grandes mercados. Entrar al europeo o al americano significa también contar con estas garantías. Es por esa razón que se esta luchando en eso”, dijo Guillermo Kuguimiya, gerente de Comercio Exterior y Comercialización de la entidad descentralizada. “Lo que queremos buscar para 2018 es entrar a nuevos países”, agregó.

Hasta febrero se prevé, con este fin, “obtener las certificaciones Kosher, para acceder al mercado israelí, y Halal”, para ingresar al mercado islámico, adelantó Ingrid Poppe, jefa de Planificación y Convenios de Financiamiento de InBol. Ambos documentos garantizan que los productos se elaboran cumpliendo estrictamente las normas de ambas religiones.

CALIDAD. El año pasado, el 55,14% de la producción de conservas de palmito de ambas plantas se destinó al mercado interno y el 44,86%, al exterior, a Venezuela, Uruguay y Australia. Este año, los enlatados se enviarán a Argentina y Australia. En el país, el producto se distribuye en supermercados y tiendas, y a través del subsidio prenatal y de lactancia.

En tres meses, Insumos Bolivia buscará obtener, asimismo, las certificaciones internacionales ISO 9000, de estándares de calidad, y hasta fin de año la FSSC 22000, de seguridad e inocuidad alimentaria, “con las que podremos ingresar a todos los mercados del mundo”, aseveró Poppe.

“Nuestra misión es convertir a las plantas en sostenibles a nivel financiero y comercial, todo va casado”, remarcó Kuguimiya.

Esta labor permitirá a los productores contar con recursos seguros por la venta de los vegetales. El año pasado, ambas plantas beneficiaron al menos a 1.000.

“En todo el trópico (de Cochabamba) hay unos 6.000 productores (de palmito). Antes cosechábamos cuatro veces al año, ahora tres; afectó el cambio climático. Antes nos daban Bs 0,40 por tallo, (InBol) nos llegó a pagar 1,10 y ahora nos paga 0,70. Está bien, ha mejorado la calidad de vida. Este año será mejor. Como estamos en tiempo de lluvia, los tallos crecen rápido”, contó Sofía Espinoza, productora en Shinahota.

Promoción externa es parte del proyecto

La promoción internacional de las cualidades gastronómicas y nutritivas del palmito es parte de la estrategia de Insumos Bolivia (InBol) para dar sostenibilidad a las procesadoras estatales del alimento que están en el trópico de Cochabamba.

Con este fin, los ejecutivos de la entidad descentralizada visitaron países de cuatro de los cinco continentes, entre ellos, Argentina, Chile, Uruguay, México, Estados Unidos, Italia y Corea del Sur. Estos viajes sirvieron para desarrollar instrumentos de difusión de las propiedades del producto en diferentes idiomas.

POTENCIAL. El palmito, un alimento nutritivo de muy pocas calorías y delicado sabor y versatilidad, rico en calcio, hierro, fósforo y fibra, es fuente de ingresos de miles de familias cochabambinas.

“El 90% de los trabajadores” en las plantas de InBol “son mujeres y de ese porcentaje, más de la mitad tienen entre 18 y 22 años, gran parte con niños. Nosotros también capacitamos a los obreros, técnicos y administradores en beneficio de las plantas privadas, no solo palmiteras sino de otros rubros”, destacó Joseph Tapia, director de InBol.


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